Nací en Madrid en 1958 —año en que se firmó el Tratado de Roma—, un día después de que España acordase la paz tras su última guerra colonial en Sidi Ifni. Desde 1986 vivo fuera de España y ahora resido en Bruselas. Me siento muy vinculado con Pamplona, Toledo y Luxemburgo, ciudades que, bien visto, tienen algo en común. Estoy casado con una portuguesa y tengo 4 hijos.
El asesinato de Miguel Ángel Blanco en 1997 me empujó a la política activa. Comprendí entonces que conservar España y la libertad cuesta muchos sacrificios pero vale la pena. Mis primeras actividades políticas se desarrollaron en Luxemburgo, a través de la Fundación Cánovas del Castillo y gracias al apoyo de Carlos Robles Piquer a quien considero mi mentor político. Desde la Fundación se pusieron los cimientos del Partido Popular de España en Luxemburgo. Recuerdo también con orgullo la iniciativa «Europeos contra el terrorismo», que fue muy activa en la deslegitimación del terrorismo en las instituciones europeas. «Europeos» se concentraba silenciosamente cuando había atentados de la ETA. Su mayor éxito fue la conferencia de Jon Juaristi en el Parlamento Europeo, presentada por el presidente de la Comisión Europea, Jacques Santer, que reunió a cerca de 500 personas de todos los puntos de Europa.
Por razones de trabajo me trasladé a Bruselas, donde fui elegido secretario general en el III Congreso del Partido Popular de España en Bélgica (PPEB) en 2005. Un año después impulsé la Asociación Popular de España en Bélgica (APE), uno de cuyos fines es «el apoyo a los españoles residentes en Bélgica para la defensa de sus derechos civiles y sociales». El 14 de abril de 2010 se me eligió presidente en el IV Congreso del PPEB con el mandato de rejuvenecer y reorganizar el partido. En el XVII Congreso Nacional del PP, celebrado en Sevilla en 2012, el presidente Rajoy me nombró miembro del Comité Ejecutivo Nacional en representación de los partidos populares de España en Europa. En fin, el presidente Rajoy renovó este nombramiento en el XVIII Congreso Nacional del PP, celebrado en Madrid en 2017. En 2020, con Pablo Casado al frente del PP, cesé como miembro del CEN.
Como parte de esta actividad política, propuse en 2012 la creación de la red de jefes de unidad españoles de la UE al embajador representante permanente ante la UE, a la sazón Alfonso Dastis. El objetivo era facilitar las carreras de los funcionarios españoles y de este modo incrementar la influencia de España en la UE, respetando siempre la independencia estatutaria de los funcionarios. A esta siguieron otras (funcionarios senior, mujeres).
En esta óptica, en 2016 se rescata del pasado AEFICE, la Asociación de Funcionaros Españoles de la UE, de la que he sido presidente hasta mayo de 2022. La nueva AEFICE, entre otras cosas, se ha convertido en una plataforma de networking entre los funcionarios españoles de la UE y entidades del ecosistema de influencia español en Bruselas, como la REPER, el Instituto Elcano, Cámaras de Comercio de España, Científicos en el exterior, etc.
Otra iniciativa de la que me siento orgulloso es la de Societat Civil Catalana Europa y muy particularmente de la idea, que ya se había ensayado con «Europeos contra el terrorismo», de que el separatismo en Cataluña atenta contra principios fundamentales de la construcción europea, como el Estado de Derecho y la integridad territorial de los estados.
Profesionalmente, ingresé en la Comisión Europea en 1986, institución en la que trabajé hasta 2011 en las áreas de traducción, innovación, comunicación y mercado interior. En la actualidad soy jefe de la unidad de traducción española y rumana del Comité Económico y Social Europeo y del Comité de las Regiones.
Un millón de españoles 