Europeas: la guerra sucia por el voto exterior

paralamento europeo¿Han provocado los recortes un exilio masivo de jóvenes? ¿Se opone el gobierno a la supresión del voto rogado? ¿Pierden los españoles el derecho a la asistencia sanitaria al emigrar? Estas han sido tres de las cuestiones que se han debatido en los últimos meses y pueden influir  en las próximas citas electorales y, muy particularmente, la elecciones europeas. El propio presidente Rajoy ha tenido que garantizar en el Congreso que todos los ciudadanos españoles que salgan al extranjero volverán a tener su tarjeta sanitaria cuando regresen.

Sabemos ya que las elecciones europeas se ganarán por un estrecho margen de votos. Es aquí donde juega su papel el voto exterior, pues estas elecciones son de circunscripción única (los votos computan en una sola lista para toda España). En efecto, cerca de 1.700.000 españoles expatriados tienen derecho a votar, lo que significa que su influencia en el resultado final podría ser, sobre el papel, equivalente a la de Valencia o Sevilla, aunque debido a las particularidades de la comunidad exterior y las limitaciones de voto rogado será menor. Si se repite el porcentaje de voto exterior de las pasadas europeas, este podría representar más de 300.000 votos emitidos. Aunque en las elecciones de 2009 el PP superó en algo más de 500.000 sufragios el resultado del PSOE, la esperada dispersión del voto en esta ocasión hará que los españoles del exterior influyan decisivamente sobre la mayoría minoritaria que cantará victoria en la noche del 25 de mayo de 2014.

Pese a revestir la europeas una enorme importancia, los partidos tendrán la tentación de apuntar su artillería pesada a las cuestiones internas, dejando las propuestas por un proyecto europeo ilusionante en segundo plano, en detrimento de los españoles del exterior, que somos beneficiarios directos de la construcción europea. Por ello me parece particularmente reprobable la demagogia que se está haciendo con las cuestiones que introducen estas líneas.

Me atrevo a augurar que más allá de la guerra sucia por el voto exterior que algunos partidos llevan a cabo, se llevará el gato al agua del voto exterior el partido que sepa articular propuestas en estas elecciones que beneficien a los españoles en el extranjero, así como la adecuada representación de sus intereses en el Parlamento Europeo.