Si las elecciones de Madrid no se hubiesen convocado…

Isabel Díaz Ayuso pierde al PP

¿Qué habría pasado si Isabel Díaz Ayuso no hubiese disuelto la Asamblea de Madrid el 10 de marzo de 2021? Me entrego aquí a un género literario que acabo de crear antes de la siesta: la ucronía de bolsillo, es decir, contar la Historia como si hubiese sucedido de otra manera, pero en unas pocas líneas. Puede resultar útil para entrever el alcance de la moción de censura de Murcia y explicar su origen y sus consecuencias.

Imaginemos que la presidenta de la Comunidad de Madrid tuviese una reunión inaplazable con un tal John Barr, inversor americano dispuesto a dejar sobre la región un reguero de millones y puestos de trabajo. Ayuso, que está con la mosca detrás de la oreja porque en los medios de comunicación discurre un rumor de navajas, firma después de la visita de Mr Jonbar, como dice ella, el decreto de disolución de la Asamblea de Madrid. Sin embargo, cuando el decreto se da a conocer, hace ya algún tiempo, poco menos de una hora, que Errejón, el líder de Más Madrid, ha registrado una moción de censura contra ella. A partir de este punto, donde la ficción diverge de la realidad, sucede lo siguiente:

La moción de censura contra la presidenta Ayuso tiene lugar y Ayuso es depuesta en favor de Ángel Gabilondo, el candidato del nuevo pacto de gobierno entre Ciudadanos (Cs) y PSOE, nuevo presidente de la Comunidad de Madrid con el apoyo de todos los grupos de la cámara menos VOX. Al cabo de unos meses, el Barrio de Salamanca cambia su nombre por el de Barrio de Cartagena.

La moción de censura de Murcia sigue adelante. El secretarios general del PP, Teodoro García Egea, no consigue persuadir a algunos de sus amigos diputados de Cs Murcia. Arguyen que la corriente a favor de Cs es muy potente tras la moción presentada en Madrid y se habla de un pacto C’s-PSOE de ámbito nacional, cuyo objetivo final sería hundir al PP y sacar del gobierno a Podemos. López Miras es depuesto.

En Castilla y León, nadie entiende muy bien por qué el PSOE, sin apoyos suficientes ha presentado una moción de censura, aunque los medios hablan mucho de su factibilidad en los últimos días. Es una moción que parece como esas brigadas de los golpes de estado, que están la espera de un elefante blanco. Y el elefante blanco llega, e Igea, a la vista del gran éxito de Madrid, exige la presidencia de la nueva Junta a cambio de sumar sus votos con los del PSOE.

En Sevilla, Juan Marín, vicepresidente de Ciudadanos en la Junta de Andalucía contempla el atardecer desde su ventana del palacio de San Telmo, la Universidad de Mareantes. Espera una llamada de Inés Arrimadas o tal vez de Susana Díaz. Va a ser el próximo presidente de la Junta de Andalucía, tras el éxito irresistible de la batería de mociones de censura ideada para castigar la corrupción del PP.

Aquí acaba esta ucronía de bolsillo, con Redondo y Cuadrado, los estrategas de PSOE y Cs logrando la cuadratura del círculo: el fin del PP, la consolidación definitiva de Cs y del PSOE, la irrelevancia de Podemos y la cobertura del seguro de vida que les ofrece VOX.

Para mí, este era el plan. Fin.

Diez bases para la refundación de la derecha española

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La derecha española, huyamos de toponimias de politólogo, tiene que reunirse de nuevo. Fracasar en el empeño podría conllevar no solo la irrelevancia de los partidos de derecha, sino la ruptura del consenso constitucional, en ausencia de contrapeso a la alianza del socialismo con los separatistas y la extrema izquierda, que lo está tensionando de modo insoportable.

Idealmente, la refundación debería encabezarla el PP, y VOX y Ciudadanos sumarse a ella. La dificultad de esta estrategia es el natural deseo de poder y personalismos de los políticos. Aunque el enfoque pueda pecar de ingenuidad, recordemos que la UCD y AP/PP se formaron coaligando otros partidos, compuestos sobre todo de cuadros.

Si dicha estrategia no funcionase, el PP podría ofrecer públicamente un pacto basado en los diez principios siguientes, al que se fuesen adhiriendo los ciudadanos. Las recientes elecciones locales y europeas demuestran que el votante de derecha ha entendido el mensaje del voto útil y no está dispuesto a ponérselo a huevo a la izquierda, si se me permite la expresión.

Políticos, constitucionalistas e historiadores seguramente tendrán ideas más precisas y útiles a tal fin, pero estas podrían ser las bases sin acuerdo sobre las cuales pienso que no se podría refundar la derecha española:

  1. La unidad de España no se toca. España, patria común e indivisible de los españoles. Engloba nuestro pasado y nuestro presente, constituye un espacio de libertad e igualdad y se inscribe en el proyecto de futuro que Europa representa.
  2. Europa es el proyecto que nos permite hacer frente a los retos globales para los que el marco nacional no es suficiente, como la competencia de las grandes potencias, el cambio climático o la inversión tecnológica. España debe ser líder del proyecto europeo.
  3. La organización administrativa de España no es tabú, y puede y debe someterse a discusión buscando siempre el mayor interés de los ciudadanos. España a lo largo de su Historia se ha organizado de diversa manera: como confederación (en la época de los Austrias), Estado centralizado (desde los Borbones) y cuasi federal (Estado autonómico).
  4. En todo caso, preservar el mercado interior nacional será siempre una preocupación fundamental en la organización administrativa de España.
  5. Toda normativa debe respetar siempre la esfera de libertad individual. La última decisión debe corresponder siempre al ciudadano, consciente de sus deberes y responsabilidades.
  6. Por principio, la libertad debe primar en la economía. No obstante, debe acomodare sin sectarismo a los ciclos del modo que mejor se protejan el bienestar y los derechos económicos de los ciudadanos.
  7. La familia debe recibir apoyo económico del Estado, en particular las mujeres. Que las mujeres reciban subsidios para conciliar o quedarse en casa, si lo desean, es clave para hacer frente a problemas como el de la natalidad, y subsidiariamente la emigración o las pensiones, o abordar cuestiones como el aborto, que no debe nunca obedecer a razones de penuria económica.
  8. Debe respetarse la cooficialidad de la lengua española y garantizar que quienes lo deseen tengan acceso a educación en lengua española en toda España.
  9. La Historia de España se impartirá en todo el Estado sobre la base de un temario acordado con el Ministerio de Educación.
  10. La Ley de memoria histórica cubrirá las justas indemnizaciones de quienes hayan sufrido las consecuencias de la Guerra Civil, pero evitará la reescritura de la Historia o la deslegitimación de las partes o actores comprendidos en su ámbito de aplicación.

Todo decálogo tiene un mandamiento que engloba, en cierto modo, los demás: en este caso es no entregar nunca Navarra a los separatistas. El día que caiga Navarra la España que conocemos, la España Contemporánea, comenzará su cuenta atrás.

Diez razones para votar a Soraya

sorayaEl próximo sábado 21 de julio tendrá lugar una acto de la mayor transcendencia no sólo para el PP, sino para toda España: la elección final de su presidente. Dicha trascendencia justifica pues este intento de persuadir a los que aun dudan, sin poner en tela de juicio naturalmente el respeto que los contendientes merecen.

Vaya por delante que votaré por Soraya por estas diez razones, que invito a considerar al lector:

 

  1. Soraya es joven. Tiene prácticamente la misma edad que @sanchezcastejon y se sitúa generacionalmente mucho más cerca de Macron que de líderes como Putin, Trump o Merkel.
  2. Tiene una profesión. No depende de la política para vivir. Esto le proporciona libertad y desapego de sus intereses, permitiéndole distinguir con más claridad entre lo que es bueno para ella y lo que es bueno para el PP o para España.
  3. Tiene ideología. Soraya representa el conservadurismo moderado de la gran familia europea del PPE. No se radicalizará para cubrir el espacio de formaciones populistas de derecha ni dará la vuelta a los argumentos de los separatistas.
  4. Por esta razón, Soraya es la mejor garantía de que prevalezca el espíritu constitucional de consenso y moderación. La Constitución dispone de medios sobrados para defender el orden constitucional sin recurrir a medidas extraordinarias, como la ilegalización de partidos.
  5. A mi juicio, está menos vinculada al aparato del partido, lo que le dejará las manos menos atadas para emprender la necesaria reforma de sus estructuras.
  6. Tiene experiencia. Ciertamente, todos cometemos errores, pero sobre ellos se construye la experiencia para que no vuelvan a repetirse.
  7. Tiene visión de Estado, como demuestra su reacción en la reciente crisis de la euroorden: no cayó en la trampa de pedir la salida del Espacio Schengen. ¡Demasiados intereses en juego para las empresas y ciudadanos españoles!
  8. Tiene prestigio internacional. Merkel quedó impresionada con ella en una visita a la República Federal.
  9. Es una parlamentaria de mucho nivel, capaz de desarbolar la demagogia con que se producen la izquierda y los populistas en el Congreso y ante los medios de comunicación.
  10. Será la primera mujer presidente del Gobierno de España.

Y de regalo, once, lo será mandando a @sanchezcastejon a su casa. Para navidades.

Guía de príncipes para las (grandes) coaliciones (REMIX)

mi maquiavelo¿Por qué no volver a la gran coalición? Así se repartiría la responsabilidad de gestionar los graves problemas que nos acucian: el separatismo catalanista, el terrorismo yihadista, el populismo, las consecuencias del BREXIT sobre la construcción europea, tal vez el fin del orden de la 2ª Guerra Mundial si gana Trump las presidenciales en EE.UU., los efectos de la crisis. Dos  o tres años de gobierno de corresponsabilidad, con el apoyo del 80% de los españoles. Dos o tres años para reformar la Constitución y capear el temporal. ¿Estamos o no a la altura de las circunstancias?

Origen: Guía de príncipes para las (grandes) coaliciones

La campaña por mi cuenta (3): Mi vida con Pedro Sánchez

begoña

Begoña Gómez da brillo a la política nacional.

Vale, el título es una argucia para atraer a lectores incautos, si bien es cierto que conocí a Pedro Sánchez, líder del PSOE y titular de la herencia de Zapatero, en Bruselas, en una visita suya como contratista de las instituciones europeas. Algún día lo contaré en detalle y tiene que ver con la presentadora de una tertulia política en la tele (la anécdota me perjudica claramente).

El título que a mí me gustaba era «El hombre que pudo reinar», pero se le ha ocurrido por lo menos a media docena. Para mí, Pedro Sánchez pudo reinar en sentido figurado. Mejor, pudo llegar a la categoría de varón ilustre si al final de la legislatura precedente no hubiese echado por la borda todo lo conseguido gracias a su descarada política de candidato a la presidencia.

¿Qué había conseguido? Consolidarse como líder del PSOE y frenar la sangría de votos hacia Podemos, así como el célebre sorpasso. Si Pedro Sánchez se hubiese avenido a la gran coalición, cómo pedía, creo, una mayoría de ciudadanos, habría ganado dos años de erosión para los populistas, y si además se hubiese abstenido, habría endosado el desgaste del gobierno a una presumible  coalición  PP-Ciudadanos.

No creo que Pedro Sánchez actuase por ambición. Creo que más bien lo hizo por sectarismo y aquí es donde reside el problema: vuelta a los demonios familiares. El sectarismo del PSOE impidió resolver el impasse político de la pasada legislatura, puede entregar España a los populistas y, sobre todo, nos dejará sin una linda primera dama me temo que para siempre.

Guía de príncipes para las (grandes) coaliciones

Nuestros políticos, los pobres, llevan casi tres meses de estrés después de la campaña electoral y las infructuosas negociaciones para formar gobierno. Para ayudarles a pasar el trago, ofrezco aquí una cartilla de principios elementales que conducen irremisiblemente a la formación de un gobierno por el bien de España.

Los mi maquiaveloprincipios elementales son los siguientes:

  • La primera consideración es, naturalmente, el bien de España; todos los demás principios ceden ante este.
  • Sorprendentemente, el bien de España coincide con la voluntad de los españoles, con lo que quieren los españoles.
  • Lo que quieren los españoles se resume en dos palabras: catarsis y estabilidad.
  • Estabilidad significa aprovechar la mejora económica y abstenerse de experimentos sin recorrido en la UE
  • Catarsis significa: «ya está bien, basta de políticos ladrones de uno u otro signo».

De estos principios se sigue la formación de un gobierno de gran coalición con mayoría suficiente para:

  • acordar una reforma de la constitución y de las leyes que rigen el funcionamiento de los partidos políticos
  • pactar una legislatura corta (dos años) que permita culminar dicha reforma y renovar de los pies a la cabeza los partidos
  • desinflar a los partidos populistas, sometidos al desgaste del gobierno (municipal)
  • Frenar a los separatistas.

Para alcanzar este objetivo nacional, lo de menos es quién va a ser presidente de gobierno o qué partido prevalecerá. Si España se va al traste, y se corre el riesgo, todos serán igualmente responsables. Ante Dios y ante la Historia.

Admito que el esquema es simplista, pero la política al final siempre lo es. ¿A qué estamos esperando?

 

 

Por la participación de los ciudadanos, por el futuro de España

logoContribución a la Conferencia Política 2015 del PP:

Queremos más participación, más democracia. En el Partido Popular de España en Bélgica (PPEB) creemos que la buena política es la que consiste en ampliar el catálogo de derechos y libertades de los ciudadanos. El PP debe emprender este camino, porque es fundamental para el futuro de España que nuestro partido siga contando en la escena política.

España necesita un partido centro-derecha que sea capaz de mantener a nuestra nación en vanguardia de los países más libres y prósperos. En la vigente legislatura, el gobierno del PP ha abordado con abnegación la tarea de sacar a España de la crisis; ha afrontado con discreción el relevo de la monarquía; ha hecho frente con prudencia el desafío de los separatistas catalanes o la amenaza latente de la violencia etarra. Sin embargo, el PP ha sufrido un enorme desgate en todas las elecciones celebradas hasta ahora.

No creemos, en el PPEB, que el problema del PP se deba solo al desgaste de la crisis, a un déficit de comunicación, ni siquiera a los lamentables casos de corrupción. Pensamos que la causa profunda reside en una lectura insuficiente de la crisis de nuestro sistema político.

El sistema de la Constitución de 1978 se concibió en un momento muy específico de la historia de España. Hoy, casi cuarenta años después, España ha cambiado radicalmente: los ciudadanos quieren participar: es preciso revisar las normas que regulan la actividad política en favor de la participación de los ciudadanos.

La participación es particularmente necesaria dentro de los órganos y la estructura del PP. Los afiliados tienen que tener voz en la definición de las políticas y nombramientos del PP. Un partido es más fuerte cuando lo apoyan decenas de miles de ciudadanos, corresponsables de las decisiones de sus líderes. Los partidos no se reforman solo cambiando las caras, sino canalizando la energía y la inteligencia de sus afiliados.

En el exterior, somos particularmente sensibles a este respecto, puesto que se nos ha escamoteado incluso la representación, al limitar la Ley Electoral el voto de los que vivimos fuera. Pero no nos conformamos ya con la supresión del voto rogado. Desearíamos que un día, cuando las circunstancias lo permitan, se establezcan circunscripciones exteriores en las que podamos elegir a los representantes que mejor conozcan los problemas de quienes vivimos fueras.

Queremos pues más participación, más democracia. En el PPEB creemos que la buena política es la que consiste en ampliar el catálogo de derechos y libertades de los ciudadanos. El PP debe emprender este camino, porque es fundamental para el futuro de España que nuestro partido siga contando en la escena política